Vinos de Marruecos

Luz Oliver
3 mar 2017
3 Min. de lectura

La búsqueda del vino perdido nos lleva a este país africano, tan exótico como misterioso e interesante. Los buenos catadores visitan Marruecos encantados con el contraste de aromas que desprenden sus ciudades. Comenzamos "La búsqueda del vino perdido en África"

Desde el aroma de la piel y los tintes que trabajan los curtidores, pasando por los puestos en los que se vende pescado frito o pollos vivos, al deleite de profundos aromas de especias, comino, canela, menta… hasta el aroma de jabones y de los perfumes más exquisitos.

Donde los colores resaltan, los atardeceres se hacen más bonitos y los amaneceres más cálidos.

¿Preparados para volar sobre la alfombra mágica en busca de nuestro vino?

La religión islámica hace que la producción de vino en este país se vea muy limitada. Sin embargo, Marruecos, con sus largas jornadas de sol y sus noches frescas es un país de una climatología perfecta para el desarrollo de la viticultura. Las variedades predominantes son las francesas, pero los vinos más característicos del país son los vinos grises elaborados a partir de la variedad Créole.

Situándonos en el mapa y recorriendo el país en la alfombra mágica, vemos que hay tres zonas en las que se distribuyen las bodegas más importantes en Meknés, Fez, Rabat y Casablanca.

No todos los vinos que se elaboran en Marruecos consiguen una calidad notable, por eso cuando visitamos este país recurrir a bodegas conocidas es una garantía de que vas a probar algo bien hecho. La poca información disponible sobre bodegas nos hace difícil la elección de los vinos y del desarrollo del plan “búsqueda del vino perdido”. Pero esto es una aventura, y como tal, os contamos los resultados de esta expedición:

- Medaillon: vinos elegantes y redondos. Sus vinos tintos maridan a la perfección con el cuscús.

- La Ferme Rouge: nuestro favorito es la “Petit Ferme”, con las variedades Marcellan, Merlot, Carignan y Tempranillo. Su vino gris es digno de ser probado con la compañía de un típico tajine de verduras.

- Thalvin: con esta bodega entramos en dilema… tiene vinos potentes y alcohólicos, como su CP Cabernet Rouge. Maridado con unos pinchos morunos algo picantes, se produce en el paladar un fiel reflejo del espíritu marroquí. En contraposición a este vino, nos encontramos con “CB Signature” que se puede disfrutar solo , dejando que los aromas te embriaguen…

Y nos bajamos de la alfombra mágica que el viaje termina… no hemos encontrado el vino perdido, pero ha merecido la pena intentar buscarlo en un país así, lleno de aromas, de colores… Este país requiere una mayor exploración… ¡volveremos!

La búsqueda del vino perdido no termina aquí. Estamos preparando la siguiente expedición, con nuevas pistas, nuevas aventuras, nuevas experiencias y ¡nuevos vinos!

***Consejos viajeros:

*En Fez nada mejor para hospedarse que el Hotel Batha, unos 24 la habitación doble en temporada baja, está a un minuto de la Medina, las habitaciones son enormes y están limpias. Lo mejor, su personal. Cerca nos encontramos el restaurante-pub Le coin des artistes, un sitio de rollo reagge con un personal encantador y un tajine de verduras espectacular. Un buen sitio para catar vino de la tierra mientras juegas una partida de billar.

*En Rabat el restaurante-pub italiano Sotto sopra, donde su funden estas dos culturas, la italiano con la marroquí…Un buen lugar para catar vinos, saborear exquisitos platos de pasta de elaboración propia o de disfrutar de un poco de marcha los viernes por la noche. En la que un dj ameniza la velada.

También, es de obligada visita el restaurante Dar Naji para probar comida típica marroquí.

El restaurante Goethe es también un buen sitio en el que catar algún vinito con su plato más típico que consiste en media pizza a elección y media ensalada también a elección. El ambiente es bastante internacional y la pizza de berenjenas está deliciosa.